29-09-2010

La intuición, cualidad femenina del Alma






TEXTO DE ANNAMARIA SARACO

La intuición es cualidad femenina del alma. Reconocer, valorar e incorporar su guía nos permite ser receptivos a las señales emitidas por el alma. Desestimarla es claramente desprotegerse y amputarse validando la lógica aparente.

En lo vincular rechazar los sentimientos intuitivos es legalizar un espacio de intrusión a “buenos y sensatos consejos “ajenos a nuestro mayor bien retrasando nuestro crecimiento. Llevar a la práctica cotidiana esta vía de conocimiento es enfrentarse a un trabajo constante y persistente. Como conocimiento que nace del tejido del alma requiere la presencia de una actitud de respeto y de escucha y la configuración de un tiempo y espacio de encuentro con esta fuente de sabiduría.

Necesita la presencia de un estado de alerta y una despierta disposición interior a respaldar la conciencia de un sentir que involucra también las respuestas y los reflejos en la dimensión física
El cuerpo es un gran emisor y receptor y sus mensajes son generalmente ignorados o retraducidos en síntomas de desarmonia y enfermedad.

Una observación no crítica, atenta de nuestros procesos vinculares necesariamente deviene en un trabajo de auto indagación.

Crecemos asumiendo nuestras responsabilidades y a partir de este lugar podremos delimitar nuestro propio espacio de trabajo ocupándonos solo de nuestro camino, y permitiendo que cada uno crezca en la tarea de asumir su propio proceso.

Actuar desde la voz interior reclama una creciente y paulatina asunción de manifestarse desde una verdad y transparencia interior frente a las demandas de un mundo que busca y fuerza a organizarse en base a crear conciencias masivas diluyendo toda posibilidad de individuarse en un pensamiento creativo, personal, emanado de las entrañas del Ser único.

El retorno a esta fuente de conocimiento es el descenso a la confianza original donde no hay espacio para condicionamientos ni cultos a pensamientos mayoritarios , donde se legitima la experiencia sentida frente a opiniones intelectuales distantes de los tesoros que ofrece una conciencia que opera en niveles más profundos.

No desestimamos el valor de la mente racional en nuestro quehacer cotidiano pero la reubicamos y la dimensionamos en el lugar que le corresponde como constitutivo del yo inferior que es el vehiculo de la encarnación.

Al destacar el valor del conocimiento intuitivo estamos revalorizando y destacando un aspecto de la vida psíquica que está directamente asociado a la vida del alma quien es la que dirige, direcciona y significa nuestra presencia en el mundo.

Lic Annamaria Saracco. http://www.saraccoannamaria.blogspot.com/
Facebook: Psicología Transpersonal: Lic. Annamaria Saracco

El cuerpo de dolor de las mujeres: Eckhart Tolle


ENVIADO POR TERESA PONTINO
Arboleda de Gaia


- ¿Por qué el cuerpo del dolor es un obstáculo mayor para las mujeres?
- El cuerpo del dolor generalmente tiene un aspecto colectivo así como uno personal. El aspecto personal es el residuo acumulado de dolor emocional sufrido en el propio pasado. El aspecto colectivo es el dolor acumulado en la psique humana colectiva durante miles de años a través de la enfermedad, la tortura, la guerra, el asesinato, la crueldad, la locura, etcétera.

El cuerpo del dolor de cada uno participa también de este cuerpo del dolor colectivo. Hay diferentes ramas en el cuerpo del dolor colectivo. Por ejemplo, ciertas razas o países en los que ocurren formas extremas de lucha y violencia tienen un cuerpo del dolor colectivo más pesado que otros. Cualquiera que tenga un cuerpo del dolor fuerte y una conciencia insuficiente para dejar de identificarse con él no sólo se sentirá forzado a volver a vivir periódica o continuamente su dolor emocional sino que puede también fácilmente convertirse en el perpetrador o en la víctima de la violencia, dependiendo de si su cuerpo del dolor es predominantemente activo o pasivo.Por otra parte, también pueden estar potencialmente más cercanos a la iluminación. Este potencial no se realiza necesariamente por supuesto, pero si usted está atrapado en una pesadilla, probablemente estará más fuertemente motivado a despertar que alguien que sólo está atrapado en los altibajos de un sueño ordinario.

Aparte de su cuerpo del dolor personal, toda mujer tiene participación en lo que podría describirse como el cuerpo del dolor femenino colectivo, a menos que sea completamente consciente.

Este cuerpo está formado por el dolor acumulado que ha sido soportado por las mujeres, en parte a través de la dominación de la mujer por el hombre, de la esclavitud, de la explotación, las violaciones, el dar a luz, la pérdida de los hijos, etcétera, durante miles de años.

El dolor físico y emocional que muchas mujeres sienten antes y durante la menstruación es el cuerpo del dolor en su aspecto colectivo que despierta de su latencia en ese momento, aunque puede dispararse en otras oportunidades también. Restringe el flujo libre de energía vital a lo largo del cuerpo, del cual la menstruación es una expresión física. Demorémonos en esto por un momento y veamos cómo puede convertirse en una oportunidad para la iluminación.A menudo las mujeres son "dominadas" por el cuerpo del dolor en ese momento. Tiene una carga energética extremadamente poderosa que puede empujarla a la identificación inconsciente con él. Usted entonces es poseída activamente por un campo de energía que ocupa su espacio interior y simula ser usted pero, por supuesto, no lo es en absoluto. Habla a través de usted, actúa a través de usted, piensa a través de usted. Creará situaciones negativas en su vida para poder alimentarse de esa energía. Quiere más dolor, en cualquier forma. He descrito ya este proceso. Puede ser maligno y destructivo. Es puro dolor, dolor pasado, y no es usted.

El número de mujeres que se aproxima ahora al estado completamente consciente excede ya al de hombres y crecerá aún más rápidamente en los años venideros. Los hombres quizá las alcancen al final, pero durante un tiempo considerable habrá una brecha entre la conciencia de los hombres y la de las mujeres.Las mujeres están recuperando la función que es su derecho de nacimiento y, por tanto, llega a ellas más naturalmente que a los hombres: ser un puente entre el mundo manifestado y lo No Manifestado, entre la físico y el espíritu. Su mayor tarea como mujer ahora es transmutar el cuerpo del dolor para que no siga interponiéndose entre usted y su verdadero ser, la esencia de lo que usted es.

Por supuesto, usted también tiene que manejar el otro obstáculo hacia la iluminación, que es la mente pensante, pero la intensa presencia que usted genera cuando maneja el cuerpo del dolor, la liberará también de la identificación con la mente.

La primera cosa que tiene que recordar es esta: mientras usted construya su identidad a partir del dolor, no puede liberarse de él. Mientras una parte de su sentido de sí misma esté invertida en su dolor emocional usted inconscientemente se resistirá o saboteará cualquier intento que haga de curar ese dolor. ¿Por qué? Muy sencillo, porque desea mantenerse intacta y el dolor se ha convertido en parte esencial suya. Este es un proceso inconsciente y la única forma de superarlo es hacerlo consciente.

Ver súbitamente que está o ha estado aferrada a su dolor puede ser algo bastante impactante. En el momento en que se da cuenta de esto, ha roto la fijación. El cuerpo del dolor es un campo de energía, casi como una entidad, que se ha alojado temporalmente en su espacio interior. Es energía vital que ha quedado atrapada, energía que ya no fluye. Por supuesto, el cuerpo del dolor está ahí por ciertas cosas que ocurrieron en el pasado. Es el pasado que vive en usted y si se identifica con él, se identifica con el pasado.

Una identidad de la víctima es la creencia de que el pasado es más poderoso que el presente, lo que es contrario a la verdad. Es la creencia de que otras personas y lo que le hicieron son responsables de lo que usted es ahora, de su dolor emocional o de su incapacidad de convertirse en su verdadero ser.

La verdad es que el único poder que hay está contenido en este momento: es el poder de su presencia. Una vez que usted sabe esto, también se da cuenta de que usted es responsable de su espacio interior ahora -nadie más lo es- y de que el pasado no puede prevalecer contra el poder del Ahora.

Así pues la identificación le impide manejar el cuerpo del dolor. Algunas mujeres que son ya suficientemente conscientes para haber abandonado su identidad de víctimas en el nivel personal todavía se aferran a una identidad colectiva de víctimas: "lo que los hombres les hicieron a las mujeres".
Tienen razón, y también están equivocadas. Están en lo cierto en cuanto que el cuerpo del dolor femenino colectivo se debe en gran parte a la violencia infligida por el varón a la mujer y a la represión del principio femenino por todo el planeta durante milenios. Están equivocadas si derivan un sentido de identidad de este hecho y por lo tanto se mantienen aprisionadas en una identidad colectiva de víctimas.


Si una mujer aún se aferra a la rabia, el resentimiento o la condenación, se está aferrando a su cuerpo del dolor. Esto puede darle una sensación consoladora de identidad, de solidaridad con otras mujeres, pero la mantiene atada al pasado y bloquea el acceso completo a su esencia y al verdadero poder. Si las mujeres se excluyen de los hombres, eso alimenta un sentido de separación y por lo tanto un fortalecimiento del ego. Y cuanto más fuerte es el ego, más distante está usted de su verdadera naturaleza.

Así que no use el cuerpo del dolor para darle identidad. Úselo en cambio para la iluminación. Transmútelo en conciencia. Uno de los mejores momentos para esto es durante el periodo menstrual. Creo que, en los próximos años, muchas mujeres entrarán en el estado de conciencia total durante esos días.

Generalmente, es un tiempo de inconsciencia para muchas mujeres, puesto que son dominadas por el cuerpo del dolor colectivo. Una vez que usted ha alcanzado un cierto nivel de conciencia, sin embargo, puede cambiar esto, así que en lugar de volverse inconsciente puede volverse más consciente. He descrito el proceso básico ya, pero permítame hacerlo de nuevo, esta vez con referencia especial al cuerpo del dolor femenino colectivo.

Cuando sepa que se acerca el flujo menstrual, antes de que sienta los primeros signos de lo que se llama comúnmente tensión premenstrual, el despertar del cuerpo del dolor femenino colectivo, póngase muy alerta y habite su cuerpo tan plenamente como sea posible. Cuando aparezca el primer signo, debe estar suficientemente alerta para "atraparlo" antes de que la domine.

Por ejemplo, el primer signo puede ser una fuerte irritación repentina o un relámpago de rabia, o puede ser un síntoma puramente físico. Sea lo que sea, atrápelo antes de que domine su pensamiento o su conducta. Esto significa simplemente enfocar su atención en él. Si es una emoción, sienta la fuerte carga de energía que hay tras ella. Sepa que es el cuerpo del dolor. Al mismo tiempo, sea el que conoce; es decir, dése cuenta de su presencia consciente y sienta su poder.Cualquier emoción a la que aplique su presencia disminuirá rápidamente y se transmutará. Si es un síntoma puramente físico, la atención que le dé evitará que se convierta en una emoción o un pensamiento. Después continúe alerta y espere el siguiente signo del cuerpo del dolor.

Cuando aparezca, atrápelo de nuevo de la misma manera que antes.

Más tarde, cuando el cuerpo del dolor haya despertado completamente de su estado latente, usted puede experimentar una turbulencia considerable en su espacio interior por un tiempo, quizá varios días.Cualquier forma que tome, manténgase presente. Entréguele su atención completa. Observe la turbulencia que hay en su interior. Sepa que está allá. Mantenga el conocimiento y sea el que conoce. Recuerde: no deje que el cuerpo del dolor use su mente y se apodere de su pensamiento. Obsérvelo. Sienta su energía directamente dentro de su cuerpo. Como sabe, atención plena significa aceptación completa.

Por medio de una atención sostenida y por lo tanto de la aceptación, llega la transmutación. El cuerpo del dolor se transforma en conciencia radiante, lo mismo que un trozo de madera, cuando se pone en el fuego o cerca de él, se transformará en fuego.

La menstruación se volverá no sólo una expresión gozosa y realizadora de su feminidad sino también un tiempo sagrado de transmutación en el que usted da nacimiento a una nueva conciencia. Su verdadera naturaleza brillará entonces, en su aspecto femenino como la Diosa y en su aspecto trascendental como el Ser divino que es usted, más allá de la dualidad masculino-femenino.

Si su compañero varón es suficientemente consciente, puede ayudarla con la práctica que acabo de describirle manteniendo con frecuencia una presencia intensa, particularmente en este tiempo. Si él permanece presente siempre que usted caiga en la identificación inconsciente con el cuerpo del dolor, lo que puede suceder y sucederá al principio, usted podrá unirse rápidamente a él en ese estado. Eso significa que siempre que el cuerpo del dolor domine temporalmente, bien sea durante el periodo menstrual o en otros momentos, su compañero no lo confundirá con lo que es usted realmente.

Incluso si el cuerpo del dolor la ataca, como probablemente ocurrirá, no reaccionará contra él como si fuera "usted", se retirará o levantará algún tipo de defensa. Conservará el espacio de intensa presencia. No se necesita nada para la transformación. En otros momentos, usted podrá hacer lo mismo por él o ayudarlo a reclamar conciencia de la mente trayendo su atención al aquí y al ahora, cuando se identifique con su pensamiento.

De esta forma, surgirá entre ustedes un campo de energía permanente, de una frecuencia pura y alta. Ni la ilusión, ni el dolor, ni el conflicto, nada que no sea ustedes y nada que no sea amor puede sobrevivir en él. Esto representa la realización del propósito divino, transpersonal, de su relación. Se convierte en un vórtice de conciencia que atraerá muchos otros.Eckhart Tolle, "El Poder del Ahora"

El millonésimo círculo, Jean Shinoda Bolen


EXTRACTOS DEL TEXTO DE JEAN SHINODA BOLEN DEL LIBRO "EL MILLONÉSIMO CÍRCULO" - 
TRANSCRIPCIÓN TERESA OLIVELLA 
ARBOLEDA DE GAIA: 

El centésimo mono es un relato que inspiró a los activistas antinucleares a seguir hacia adelante cuando la voz del sentido común decía que la carrera armamentista era imposible de detener. Ellos creyeron firmemente en el mensaje y la moraleja de este cuento alegórico basado en la Teoría Mórfica del biólogo Rupert Sheldrake, que postula que la conducta de una especie cambia cuando las condiciones dentro de ella alcanzan un nivel crítico, es decir, cuando se manifiestan en un número exacto de sujetos; a raíz de ello, el comportamiento y los hábitos de la especie entera experimentan una transformación. La versión más extendida de este relato fue la que escribió Ken Keyes, Jr., y dice así:

Durante treinta años, un grupo de científicos se dedicó a estudiar las colonias de monos que habitaban diversas islas, separadas entre sí, en las inmediaciones de las costas del Japón. A fin de hacer que los monos bajaran de los árboles para poder estudiarlos de cerca, los investigadores solían arrojar boniatos en la playa a modo de cebo, y cuando los monos acudían a saborear el almuerzo gratuito, tenían la ocasión de observarlos en detalle cómodamente. Un buen día, una mona de dieciocho meses a la que llamaban Imo se acercó a lavar su boniato en el mar antes de comérselo; supongo que sabía mejor limpio de arena o de pesticidas, o quizá adquiría de ese modo un ligero gusto salado que resultaba agradable al paladar. Imo enseñó a hacer esto a sus compañeros de juegos y a su madre, sus compañeros se lo enseñaron a las suyas, y paulatinamente fueron cada vez más los monos que empezaron a lavar sus boniatos en lugar de comérselos rebozados en arena. Al principio solo las hembras adultas, a imitación de sus crías, aprendieron a hacerlo, pero poco a poco otros aprendieron también.

Al cabo de un tiempo, los científicos se dieron cuenta de que todos los monos de la isla lavaban sus boniatos antes de llevárselos a la boca. Pero, aún cuando éste era un hecho significativo, fue aún más fascinante descubrir que aquella alteración de la conducta no se había producido es esta isla únicamente, sino que, de pronto, los monos de todas las demás islas habían empezado también a lavar sus boniatos a pesar de que nunca había existido contacto directo entre las colonias de monos de unas islas y otras.

El centésimo mono era el hipotético mono que anónimamente había inclinado la balanza de forma decisiva para la especie: aquel cuyo cambio de conducta significó que todos los monos, a partir de este instante, lavarían los boniatos antes de comérselos. A modo de alegoría, El centésimo mono alienta la esperanza de que cuando un número decisivo de personas transforme su actitud o su comportamiento, la cultura en su totalidad se transformará. Unos pocos empiezan a hacer aquello que era impensable, y pronto son muchos quienes lo hacen; y cuando un cierto número de individuos cambia, esa nueva conducta forma arte indivisible de cómo somos y de lo que somos como seres humanos. Alguien tiene que ser el mono número treinta y siete, y el sesenta y tres, y el noventa y nueve antes de que le llegue el momento al mono número cien…, y nadie sabe cuán cerca está de ese momento, o a qué distancia se encuentra el centésimo mono hasta que, de repente, está allí.

Como Imo y sus amigos
Para que la cultura humana cambie –para que exista el centésimo mono‑ es necesario un equivalente humano de Imo y sus amigos, pues sólo de esa manera podrá el patriarcado incorporar, por un lado, la sutil sabiduría y compasión asociadas al aspecto femenino de la humanidad, y, por otro, la sabiduría indígena que implica una conexión con todos los organismos vivos del planeta, y llegar de ese modo a un equilibrio. Creo de verdad que eso será lo que ocurra cuando haya un número decisivo de círculos de mujeres: para que el sistema patriarcal cambie ha de existir un millonésimo círculo. Y ha de ser así porque lo que el mundo actualmente necesita es una inyección de la clase de sabiduría que las mujeres tienen, y la forma misma del círculo es una encarnación de esa sabiduría. La famosa expresión de Marshall Mc Luhan “el medio es el mensaje”, sin duda, puede aplicarse a los círculos de mujeres, ya que en un círculo no existen las jerarquías…, y eso es la igualdad; es así como una cultura se comporta cuando escucha y aprende de cada uno de sus integrantes.

Están empezando a aflorar círculos en todas partes: círculos de mujeres que se alientan y confortan unas a otras, círculos de sanación, círculos de sabiduría, círculos de hermanas, de mujeres sabias, de madres de un clan, de abuelas…, círculos de ancianas y de mujeres en camino de serlo, círculos que perduran a través del tiempo y círculos creados con un fin preciso, incluso círculos de mujeres en el ciberespacio y en el mundo de los negocios. Reunirse en un círculo y aprender a estar en él es hacer lo que hicieron “Imo y sus amigos”.

Cuanto mayor sea el número de círculos, más fácil será que nuevos círculos nazcan: así es como funcionan los campos morfogenéticos. Cada círculo es una regeneración de la forma arquetípica, está inspirado y sustentado por todos los círculos de mujeres que han existido, y él, a su vez, hace una aportación al campo de energía arquetípica que facilitará el camino al círculo siguiente. Los campos morfogenéticos y los arquetipos se comportan como si hubieran conocido una existencia previa e invisible fuera del espacio y del tiempo, resultan instantáneamente accesibles cuando nos alienamos con esa forma, y encuentran expresión en nuestros pensamientos, sentimientos, sueños y acciones. El círculo, y especialmente un círculo sagrado, es mucho más que la experiencia de esta generación.

Obsérvalo, hazlo, enséñaloObsérvalo, hazlo, enséñalo. Cuando estaba en la Facultad de Medicina, éste era el mantra del estudiante, y ése el método por el que aprendían los médicos: un modelo de aprendizaje basado en la experiencia directa. De carácter muy similar son las experiencias dentro del círculo; aunque tal vez el primer círculo que veas se halle sólo en tu imaginación, es posible que después te unas a un círculo de mujeres, o que tú misma formes uno. Estar en un círculo es una práctica de aprendizaje y crecimiento que se nutre de la experiencia y la sabiduría, del compromiso y el valor de cada una de las mujeres que hay en él. Los círculos pasan por distintas etapas y cambios, florecen o flaquean, sanan o causan dolor a sus miembros, y pueden ser una experiencia transitoria o imperecedera. Del mismo modo que cada miembro aporta al círculo su saber en el campo de las relaciones, esto funciona en sentido inverso, es decir, la experiencia del círculo puede tener un radical efecto positivo en las relaciones exteriores al círculo, puesto que proporciona un modelo, un espacio donde comunicarse con sinceridad y afecto hasta que ésa sea la forma de comunicación habitual en tu vida, y sea también la que esperas de los demás. Esto, a su vez, puede llevarte a cambiar la estructura patriarcal de tus relaciones personales, y, a medida que empieces a cambiar tus relaciones, ese cambio se expandirá. Igual que cuando arrojas piedrecillas en un estanque, del impacto de cada cambio nacen anillos concéntricos cuyo movimiento ondulatorio se extiende y provoca un efecto en otras relaciones.

Desde el círculo uno al millonésimo círculoFormar parte de un círculo lleva a formar parte de otros. Al igual que los colonos de la antigua Grecia, que antes de abandonar su ciudad natal acudían al templo y, del fuego que ardía en el centro del hogar circular, tomaban brasas con las que encender el fuego del que ahora sería su nuevo templo, y al igual que la muchacha recién casada tomaba ascuas del hogar materno para encender la lumbre en su nueva casa, cualquiera que haya formado parte de un círculo sagrado puede llevar ese espíritu –así como ese arquetipo y ese campo morfogenético‑ a un nuevo círculo o a otro aspecto de su vida.

Tal vez te pongas en movimiento y formes un círculo nuevo, o sin moverte pongas en marcha un segundo círculo; quizá al hablar de tu círculo con una amiga hagas que se sienta inspirada y sea ella quien cree un nuevo círculo de mujeres, o es posible que mientras leas este libro decidas que quieres participar en uno. La propagación de los círculos se asemeja, por tanto, al modo en que se reproducen las fresas, cuyos tallos rastrean la tierra sembrándola de estolones que se convierten en futuras plantas, y éstas un día, a su vez, crearán todo un campo rebosante de estas frutas.

Los círculos de mujeres se forman de uno en uno, y cada uno logra que la experiencia de haber estado en un círculo se expanda a otras mujeres, ya que cada mujer a la que un círculo ha ayudado a cambiar lleva consigo esa experiencia al mundo de sus relaciones. Y será así hasta que, finalmente, un día nazca un nuevo círculo… que será el millonésimo círculo, el decisivo, y que iniciará para la humanidad la era post-patriarcal.



El millonésimo círculo - Shinoda Bolen, Jean

Editorial Kairós SA - 100 páginas - Idioma: Español
ISBN: 8472455785 ISBN-13: 9788472455788 - (2008)

Ecología de la vagina

Por Heri Winston, maestra en recuperación del poder femenino y sexualidad holística, proveedora de cuidados de la salud de la mujer, educadora, partera, terapeuta de masajes.


TEXTO TOMADO DEL BLOG MUJER-PACHAMAMA-GUERRERA TRADUCCIÓN DE QORA
(fotografía: Oráculo de la Mujer Sagrada -  Monica Glussman)

La ecología vaginal concibe la vagina como un ambiente complejo e integral e involucra el estudio de este ambiente, con el objetivo de entender que existe un resguardo inherente a este espacio que intenta mantener un estado balanceado y saludable. Asimismo, el ambiente de la vagina es susceptible a influencias que pueden alterar su estado de balance.

Entendiendo este sistema podemos obtener control sobre nuestras vaginas, manteniendo su buen funcionamiento y favoreciendo su sistema natural. Cuando el balance natural se altera dando lugar a un desequilibrio vaginal aparecen las infecciones. Saberlo nos da el poder de remediar la situación.

Cuando todos los factores que tienen influencia sobre la vagina se encuentran en estado balanceado, la vagina se siente bien, funciona bien, tiene un olor agradable y una pequeña cantidad de flujo. Cuando existen factores que alteran ese ambiente y ocasionan cambios, una vagina saludable puede compensarse de ese desequilibrio temporal y restaurar su estado saludable. Si la vagina no está saludable o se encuentra desequilibrada, los mecanismos de salud no podrán restarurar el equilibrio, dando lugar a infecciones vaginales.

La vagina normalmente se encuentra cálida, a una temperatura equivalente al resto del cuerpo o ligeramente más elevada. Está humedecida por un flujo que proviene de las glándulas del cuello uterino, parte de las células que cubren sus paredes y otra parte de los dos grupos de glándulas. Este fluido no pica, no arde, ni debe oler mal. Varía su color de claro a blanco, dependiendo de la parte en se encuentre el ciclo. Si eres una mujer “cíclica”, cuando el flujo se seca puede parecer amarillento. Las jóvenes en período de pre-pubertad, y la mayoría de las mujeres en período post-menopáusico pueden encontrarse secas y varíar muy poco su estado vaginal. En las mujeres que menstrúan la cantidad de flujo también varía dependiendo del momento del ciclo en que se encuentren. Un flujo abundante, no se considera normal y puede ser un signo de desequilibrio o infección.

El PH es un concepto complejo, pero puede entenderse en una forma sencilla. El ácido es sencillo de entender, es como el limón o el vinagre-agrio.

La alcalinidad es un poco más compleja de entender. Existe un espectro medio entre ambos extremos, con un punto medio que es neutro. Los números se utilizan para describir en que parte de la escala se presenta. El extremo más acido es 1, y el extremo más alcalino es 14. Una vagina saludable es un poco acida. En la escala de PH, se encuentra regularmente alrededor de 4.0, aunque también se considera normal entre 3.5 y 4.5.

El flujo de una vagina normal contiene una pequeña cantidad de azucares naturales, a menos que la mujer sea diabética o esté embarazada. Un nivel mínimo de azúcar ayuda a disminuir el excesivo aumento de las levaduras, mientras que un nivel elevado las suscitas.


Finalmente, uno de los más importantes factores, que frecuentemente pasan por alto los profesionales de la medicina, es la presencia de una bacteria saludable. Estas buenas bacterias, denominadas Lactobacillus acidophilis, tienen un importante trabajo que hacer: mantener alejados otros microbios. Los tipos de lactobacilli que residen en la vagina producen hidrogeno de peróxido, que a su vez produce oxígeno, que efectivamente elimina a las bacterias no deseadas y levaduras. La amable flora tiene un merecido lugar en el ecosistema vaginal, impidiendo que invasores entren en ella. Es como tener un jardín repleto de plantas saludables que previenen el crecimiento de malas hierbas.

Hay una gran variedad de cosas que pueden influir interrumpiendo o cambiando el equilibro vaginal.

Tanto el semen como la sangre son alcalinos y su presencia provee de un ambiente más propenso a abrigar bacterias o levaduras. Una población saludable de bacterias beneficiosas puede rápidamente restaurar la acidez natural.

El ambiente vaginal también cambia ligeramente durante el curso del ciclo femenino. Justo unos días antes de la menstruación la vagina se encuentra más seca y más sensible, con un cambio ligero hacia un menor nivel ácido, debido al decrecimiento de la población de buenas bacterias, entre otras influencias hormonales. Este es frecuentemente un tiempo en el cual las mujeres están más propensas a contraer vaginitis. También, justo después del período, cuando todavía está presente un poco de sangre, es otro momento en el cual el ambiente se halla más riesgoso de caer en desequilibrio.

Bañarse afecta al ambiente vaginal en una gran cantidad de maneras. Cambia el PH, causa irritación directa e inflamación de la mucosa vaginal (la delicada capa), y elimina las buenas baterías. Así que mejor no bañarse, sino ducharse. El baño también puede atraer bacterias malas hacia el útero e incrementar el riesgo de contraer enfermedades o inflamaciones pélvicas (infección del útero y trompas de Falopio).

Las mujeres que se bañan pueden ser más propensas a las infecciones comunes vaginales, la Vaginosis Bacterial (VB). Los comúnmente llamados “productos de higiene femenina” (supositorios, spray, limpiadores, etc.) son innecesarios, potencialmente perjudiciales y una pérdida de tu dinero. También debes evitar cualquier químico fuerte, como jabones desodorantes, jabones anti-bacterianos, jabones fuertemente perfumados o geles corporales, pues éstos pueden acarrear efectos negativos a la flora beneficiosa, causando infecciones e irritaciones.

Ciertas formas de anticonceptivos pueden afectar al ambiente vaginal, cualquier producto que contenga Nonoxynol 9, así como los químicos presentes en todos los espermicidas son perjudiciales. Una de cada 3 o 4 mujeres puede ser sensible hacia estos químicos, que pueden desencadenarle inflamaciones debido a su uso. También se incluyen los condones con espermicida o las cremas con espermicida, vaselinas y supositorios. En cuanto a los métodos hormonales de control de embarazo (píldoras, implantes Norplant, dispositivos que contienen progesterona, el parche, el anillo), todos funcionan haciéndole creer a tu cuerpo que no necesita ovular porque ya se encuentra embarazado. Esto, al igual que en un embarazo normal, puede generar ligeras cantidades de azúcares en tu flujo, cambiando el PH regular y provocando como consecuencia, infecciones y desequilibrio vaginal.

En las mujeres en período post-menopáusico las paredes de la vagina tienden a volverse más delgadas, puede haber menos lubricación vaginal y el PH también cambia ligeramente, haciéndolas más propensas a un desequilibrio. Aquellas mujeres que deciden someterse a terapias hormonales, también podrían sufrir cambios en su organismo.

En esencia, los genitales se auto regulan y tienen un sistema de auto limpieza, así que cuanto menos interfieras en tu balance natural mejor para ti. Cuando entiendas que los desequilibrios son los antecesores de la infección, tendrás el poder de volver hacia un estado saludable en tu ecología vaginal para prevenir futuros problemas.

Arboleda de Gaia

El pañuelo de cabeza




Todas las mujeres de mi familia hemos usado el pañuelo de cabeza, en invierno y en verano. Mi madre, mi abuela, mi hermana, mis tías, mi cuñada, mis amigas…  basta un pequeño repaso por los álbumes de fotos para comprobar lo común y lo frecuente que ha sido siempre el uso de esta prenda. Pues se trata de una prenda cómoda y útil, eficaz para protegerse del frío y de los rayos solares.  Un pedazo de tela cuadrado doblado por su diagonal, y ya te lo puedes poner.  Un pedazo de tela que lo llevas "dobladito en un bolsillo" o en el bolso, por si hace falta, en cualquier momento.  De algodón, de seda, de lana… de colores lisos, estampados… a juego con los jerseys, con el abrigo, con el vestido…

Quienes padecemos de los oídos conocemos bien su utilidad. No nos sirven los sombreros, con los que ahora tratan de remplazar el pañuelo; el sombrero no nos protege los oídos, la garganta, los ganglios del cuello.  En invierno recuerdo que nos poníamos el sombrero para ir al campo encima del pañuelo, lo mismo que en verano, cuando la exposición al sol se preveía larga, te ponías el sombrero de paja encima del pañuelo.  Como el traje regional de las canarias.

Casi todos los trajes regionales llevan la pañoleta, puesta en la cabeza o sobre los hombros, lista para ponerla en la cabeza si hiciera falta. Llevo ya dos años lamentando esta moda actual del no-pañuelo, y mira por dónde ahora, se empieza a prohibir que las adolescentes musulmanas vayan a clase con un pañuelo en la cabeza.  ¿Casualidad?   Hay un refrán castellano que dice ‘piensa mal y acertarás’;  no sé si en este caso también. 

El caso es que se me ha ocurrido pensar que quizá el no usar el pañuelo de cabeza es un pequeño sacrificio que se nos requiere para la puesta en escena del choque de civilizaciones. Comparado con todo lo demás, bien es verdad que el sacrificio es pequeño. Cuando yo iba a la universidad teníamos varias compañeras monjas que iban a clase con la cabeza cubierta con una toca, ¿se lo van también a prohibir también?  ¿O es que sólo se van a prohibir las prendas que usan las musulmanas?

El pañuelo de cabeza es y pertenece a nuestros hábitos y a nuestra cultura y creo que no debemos renunciar a él.   Además ahora con el motivo añadido de solidarizarnos con las mujeres musulmanas.

En plena primavera que estamos, ya ha empezado a apretar el sol, y es un momento oportuno para reivindicar el pañuelo de cabeza.  Con el calentamiento climático, la disminución de la capa de ozono, etc.,  hay que protegerse del impacto de la radiación solar, pues los riesgos de los ‘golpes de sol’ han aumentado, como también parece que han aumentado significativamente los casos del cáncer de piel, etc.  A medida que se debilita la vida y sus sistemas propios de protección, los rayos solares se hacen más peligrosos.  Así pues todo son razones para que esta temporada veraniega volvamos a usar el pañuelo de cabeza.

 Arboleda de Gaia   
                                                                                   La Mimosa, Abril 2010

Ruka Kuyen

Ruka Kuyen
Ceremonias Femeninas de Purificación en Castro