29-03-2011

MENSTRUACIÓN Y HOMEOPATIA


                                       
Como todos sabemos, desde un punto de vista médico-biológico, la menstruación es un proceso cíclico fisiológico de las mujeres y hembras de grandes primates sexualmente maduras que ocurre con una periodicidad aproximada de veintiocho días en el cual se produce la pérdida de una pequeña cantidad de sangre proveniente del útero, como consecuencia de la descamación brusca del endometrio que, después de haber culminado la fase madurativa, sufre los efectos de una privación hormonal, lo cual disminuye el riego sanguíneo y provoca la descamación superficial de la mucosa.

Desde un punto de vista cultural, la naturaleza cíclica de la menstruación ha tenido un rol principal en el desarrollo de la medición del tiempo y en el desarrollo de las matemáticas: se han encontrado marcas lunares en fragmentos de huesos prehistóricos que indican que las mujeres empezaron a marcar sus ciclos hace mucho tiempo y de esta manera empezaron también a contabilizar el tiempo. Por ello, y gracias a la menstruación, las mujeres fueron probablemente las primeras en observar la periodicidad básica de la naturaleza, y con ello la existencia de leyes naturales cíclicas.

En muchas culturas indígenas dedicadas al culto a la Diosa, ha habido siempre un respeto inmenso por la menstruación, como parte del fenómeno de la fertilidad, característica inherente del ser femenino. La sangre menstrual se ha considerado ‘mágica’, una sustancia poderosa con cualidades curativas y capacidades transformadoras en rituales mágicos. Las mujeres que menstruaban eran consideradas como poseedoras de estados ampliados de conciencia y de sabiduría, de modo que, entre las tribus indígenas norteamericanas, se retiraban a meditar en cabañas alejadas de la comunidad mientras les duraba la menstruación. Para éstas culturas, el momento de la menstruación abría la barrera entre los dos mundos y el poder que irradiaba era tal que podía interrumpir las ceremonias de los chamanes masculinos. Por ello, aun hoy se pide a las mujeres que menstrúan que se mantengan fuera de las reservas indias si van a celebrarse rituales o ceremonias.

Con el advenimiento de la sociedad patriarcal la visión de la menstruación cambió radicalmente: se convirtió en algo tabú, algo que suscita secreto y vergüenza, el poder original de la mujer se ha tornado en algo incómodo que es necesario esconder y limpiar, algo de lo que apenas se habla en público. En vez de comprender y aceptar que la mujer necesita interiorizarse cuando menstrua, nuestra cultura masculina considera que su energía diferente es síntoma de enfermedad; no es de extrañar por tanto que tantas mujeres tengan desarreglos relacionados con la menstruación en nuestra sociedad.

Las estadísticas marcan que hasta un 52% de mujeres tiene desórdenes menstruales. Los desordenes más comunes suelen ser menstruación dolorosa, amenorrea o ausencia de menstruación, menorragia o sangrados anormales. Como todas estas condiciones están relacionadas con el equilibrio hormonal del cuerpo femenino, la medicina oficial las suele tratar con tratamientos hormonales diversos, y a veces con cirugía, como en el caso de presentarse fibromas uterinos o endometriosis. En otros casos, como los casos de amenorrea por trastornos alimentarios de la anorexia, es necesario el tratamiento siquiátrico de la mujer. A veces éstos tratamientos son eficaces pero a menudo presentan efectos secundarios graves a largo plazo.

La medicina homeopática, al ser una medicina integral, es ideal para equilibrar el cuerpo femenino, desde el sistema hormonal hasta la esfera emocional y mental, a través del propio sistema inmunológico de forma suave y sin efectos secundarios. Existen muchos remedios homeopáticos para los problemas menstruales y a continuación exponemos algunos relacionados con las hemorragias uterinas:

BELLADONA es para casos de hemorragias abundantes de sangre roja caliente, a veces con coágulos. La hemorragia empieza repentinamente y con fuerza, acompañada de dolor en el que parece que el útero va a reventar. Hay rubor en la cara; los pies y las manos están frías pero la cabeza se siente caliente.

CALCAREA CARBONICA se utiliza para casos de períodos excesivamente abundantes y largos o casos de reglas irregulares en la etapa perimenopáusica. Casos de hemorragias excesivas por la presencia de fibromas o de pólipos uterinos. Las hemorragias desembocan en agotamiento y anemia.

IPECAHUANA es para casos de hemorragias con sensación de debilidad, mareos y nauseas. Dificultad para respirar durante la hemorragia. La sangre es roja y sale a borbotones. El dolor es como calambres que se extienden desde el ombligo. La paciente se siente débil y con frio y las nauseas le pueden hacer vomitar.
PHOSPHORUS se utiliza para situaciones en las cuales la sangre es roja viva, abundante y no tiene tendencia a coagularse. Parece que la hemorragia no va a parar nunca. La paciente tiene frio pero se siente mejor bebiendo bebidas muy frías.

SECALE es para hemorragias pasivas con sangre oscura, a veces casi negra y con olor ofensivo. Puede haber coágulos oscuros. La paciente siente mucho calor y está mejor quieta. El dolor tiende a radiar hacia abajo y se sienten contracciones en el útero.

SABINA tiene hemorragias rojas con coágulos grandes y oscuros. El dolor es inaguantable: comienza en la zona baja lumbar y se extiende en círculos hacia el pubis. El deseo sexual se incrementa durante la menstruación y a veces la hemorragia se extiende hasta el próximo periodo.

Los desórdenes menstruales pueden ser un síntoma de un desequilibrio más generalizado del organismo. Por ello, lo aconsejable es consultar con un homeópata profesional que le trate constitucionalmente a fondo, de modo que su salud se armoniza y se fortalezca de forma general. Una vez armonizada tu mujer sagrada, la menstruación pasa a ser un gran aliado, no una amenaza que nos desborda.

27-03-2011

Mentiras de Mujer


MENTIRAS DE MUJER
POR ELENA G. GOMEZ



Llevaba meses observándola, viendo cómo su cuerpo y sus movimientos poco a poco se transformaban y la niña daba paso a la mujer que ahora, de momento, convivían en una mezcla especial, una mezcla que sólo la naturaleza es capaz de realizar.
La contemplaba como quien cuida de una nueva y preciada flor. Sin atosigarla ni tampoco descuidarla, dejando que entre las dos surgieran unos lazos invisibles de complicidad y de confianza, mucha confianza.
Sus profundos ojos azules me decían que dentro se estaba formando una gran mujer, una mujer del futuro, creada sin limitaciones, sin miedos, con fuerza, con ilusión y con algo muy importante, con valoración de su condición de mujer.


Quería que ella fuera algo especial, que tuviera la oportunidad que otras mujeres no vivieron, que recobrase algo que durante mucho tiempo los hombres nos negaron: el orgullo de ser mujer. Y para ello tenía que ir poco a poco desmontándole muchas mentiras, mentiras que pronto empezaría a oír y que no le pertenecían. Mentiras que estaban en sus genes, en esa herencia maldita del pasado que pesa sobre la mujer como una condena.
En ella ya se podía apreciar a una futura mujer inteligente, directa. Ella se merecía conocer la verdad.


Un día la invité a dar un paseo. Mientras caminábamos hablamos de todo un poco. Me maravillaba la profundidad con que se planteaba todas sus cosas, su relación con los compañeros, sus inquietudes, sus observaciones ante nuestros actos. Llegamos a un lugar muy tranquilo junto al río y nos sentamos en unas piedras.
Quiero contarte una historia, le dije, para que nunca la olvides, es algo que sucedió hace mucho, mucho tiempo y desde entonces muy pocas mujeres conocen la verdad. Es la historia de la mujer Chaman.


"La mujer Chaman estaba muy preocupada. Por primera vez en su vida ni las piedras sagradas, ni el poder del fuego le habían servido para advertir a todos lo que estaba sucediendo. 
Había un cambio cercano y éste no era bueno. Lo había visto dentro de los negros ojos del extranjero, oscuros como la entrada a la cueva, llenos de miedo y rencor.
Nadie quería escucharla pero el extranjero traía la destrucción en su cara. Había destrucción detrás de sus palabras, aquellas con las que había hipnotizado a los jóvenes contándoles fantásticas historias de pueblos lejanos. Había destrucción detrás de su belleza, aquella con la que había conquistado a todas las jóvenes muchachas que estaban dispuestas a todo con tal de estar junto a él.
Las cosas empezaron a no marchar bien dentro de la tribu. Las costumbres sagradas de pronto se habían convertido en algo antiguo, para los viejos, en algo sin poder ni sentido. Los ancianos empezaron a no ser escuchados y poco a poco se fueron muriendo unos y retirando a las montañas otros. 
La oscuridad empezó a entrar dentro de la tribu, y las más perjudicadas por todos los cambios fueron las mujeres. Al principio se empezó por dejarle a la mujer las labores que a los hombres no les agradaban, pero eso no fue lo más duro, porque lo peor vino cuando a las mujeres se les negó el derecho de formar parte del consejo, cuando les retiraron la confianza, cuando el hombre dejó de oírla y, sobre todo, de considerarla sagrada.
Entonces el extranjero, que sabía que la única forma de obtener el poder sobre la tribu era dominando a las mujeres, utilizó en contra de ellas lo único que él nunca podría dominar, el único momento en que la mujer no le pertenecía: la menstruación.


Así ordenó que las mujeres se apartasen de la tribu cuando tenían la regla porque eran impuras y ningún hombre debía tocarlas.
Así las mujeres fueron rechazadas y alejadas de la vida de la tribu, y cuando la tribu se movía ellas quedaban atrás, expuestas a todo tipo de peligros. Así, la mujer empezó, por primera vez, a tener miedo y sentirse débil.
Desde entonces, generación tras generación, la mujer rechaza los días de la regla porque significan una condena, un castigo, algo impuesto. Eso fue lo que aquel primer hombre quería y que otros muchos detrás de él también utilizaron.


La mujer Chaman no hizo caso de las palabras del extranjero y fue recluida en un lugar oculto de la montaña. Durante muchos años nadie supo de ella, todos pensaron que había muerto, pero, un día, cuando una joven india se encontraba recluida en la cabaña de las mujeres, oyó una voz que la llamaba. En la entrada había una anciana, que le dijo así.
"Mientras la mujer no recuerde que estos días son para ella y son sagrados, no podrá sentir en su interior la Fuerza. 
Es la mujer la que se une a la madre tierra y juntas recogen la Fuerza y la Sabiduría de los antepasados.
Son tus días, los que puedes unirte a ti, dentro de ti. Son los días en los que te purificas y vibras con más intensidad.
Utiliza esta fuerza y ve hacia dentro, descubre lo que hay en ti, descubre en tus entrañas la FUERZA. Yo soy la Mujer Chaman y mis palabras serán recogidas un día y la mujer volverá a ser fuerte y valiente".

Ahora tú ya conoces la historia de la mujer Chaman, y puedes vivir estos días como en el principio, sintiendo que la sangre, tu sangre, es tan sagrada como el agua de este río que llena de vida todo cuanto rodea.




Ruka Kuyen

Ruka Kuyen
Ceremonias Femeninas de Purificación en Castro